Casi la mitad de los hombres casados admiten sentir curiosidad sobre con quién habla su mujer, con quién se manda mensajes por el móvil y por el ordenador. Si has curioseado sin permiso, confesarlo no suele ser una buena idea. Parecerás inseguro. Ella se pondrá furiosa (y con razón). La próxima vez que deje el teléfono por ahí, ten un poco de confianza en ella.
MENSAJES DE TU EX