El fotógrafo Tanja Merensky-Hartinger requirió de toda su paciencia para capturar un momento monumental: un cocodrilo hambriento que devoró a su cría en un pantano de Sudáfrica. Su lente logró realizar una secuencia fabulosa: "Nunca antes vi este tipo de comportamiento", recordó.
El reptil adulto cazó al pequeño cocodrilo bebé y le tomó pocos segundos tragarlo. El mayor de ambos, de unos cinco metros, se lo tragó sin masticarlo, según reseñó el fotógrafo profesional al diario británico Mirror. "Me quedé atónito cuando lo vi", agregó.
"Luego hablé con unos guías profesionales" quienes nunca antes vieron "algo así". "Los cocodrilos adultos prefieren presas más grandes, para mejorar su eficiencia energética y por lo tanto los adultos rara vez abordan tales presas pequeñas", añadió Merensky-Hartinger.
Según averiguó el fotógrafo, las presas de los cocodrilos son "largos mamíferos", aunque también comen "peces, aves o reptiles, ya que son cazadores oportunistas". Pero lo que llama la atención es el "canibalismo" de este ejemplar. "Muy ocasionalmente se vuelven caníbales y se comen entre ellos. Hacen esto cuando hay ausencia de presas o cuando hay competencia por la comida, haciendo lo necesario para sobrevivir", concluyó.
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